Es difícil no sentirse agobiado entre una agenda repleta de actividades y las presiones de la vida diaria: hogar, trabajo y familia. La elección más común en el tiempo libre termina siendo el sofá y el televisor, permitiendo la recuperación parcial del cuerpo pero no de la motivación. Y no es necesario llegar a un punto de hastío insoportable para cambiar el rumbo, es preferible comenzar a visitar un club de salsa a la brevedad posible.
Mucha gente suele mostrar reticencia ante la idea de bailar, por parecerle juvenil y agotador o por carecer de la destreza para ello. Sin embargo, los beneficios que proporciona hacen imprescindible pensarlo seriamente:
· Favorece la salud cardiovascular y respiratoria.
· Facilita quemar calorías y bajar de peso, incrementando la eficiencia energética.
· Aumenta la elasticidad, fortaleza y aguante físico.
· Fortalece la musculatura de los brazos y las piernas.
· Desarrolla las habilidades de coordinación y los reflejos.
· Libera endorfinas creando una sensación de felicidad.
· Regula los niveles de serotonina y dopamina en el organismo, eliminando el estrés y la depresión leve.
· Mejora la confianza y la autoestima.
· Revierte la pérdida de volumen en el hipocampo con impacto positivo en la memoria y la agudeza mental.
· Ayuda a retrasar los efectos de la demencia y el mal de Alzheimer.
· Enseña a decidir con rapidez y efectividad, beneficiando igualmente otros espacios de la vida personal.
· Es una buena ocasión para relacionarse con otras personas, haciendo nuevos amigos.
Aparte de esto, se puede ejecutar a cualquier edad y existe una gran variedad de estilos a escoger según las preferencias personales de cada quien. Aquellos que no bailan alegando poseer dos pies izquierdos, tienen la posibilidad de asistir a clases, de manera de desarrollar la maestría requerida y en poco tiempo, se encontrarán danzando cual profesionales.
Atacando directamente la fuente del problema
Y sin importar que desarrolle una franquicia de ropa para niños, trabaje como autónomo, sea ama de casa con chicos pequeños o empleado en una empresa, al finalizar la jornada laboral, o al menos los fines de semana, debe darse espacio para practicar una actividad física amena, no extenuante que le ayude a relajarse y olvidar por un rato las preocupaciones y los quehaceres diarios.
En especial, ciertos bailes, como la salsa, la bachata y la kizomba están caracterizados por movimientos sensuales delicados y atrevidos. Siendo los dos primeros de origen latino y el último angolés, son asimismo el resultado acabado de la combinación de diferentes ritmos e instrumentos ejecutados por artistas maestros de la música popular.
En conclusión, independientemente de que tan ocupado sienta que está, permítase la libertad de por unas horas semanales olvidarse de todo y empezar a danzar, aumentando su habilidad o adquiriéndola si antes no la poseía. Las áreas de responsabilidad se verán recompensadas también.