Muchos profesionales de la medicina, insisten en que el factor más relacionado con las enfermedades es la alimentación. Esto ha tenido su impacto, hoy en día, la población es más consciente al respecto, presta atención a la composición de los productos y a la calidad de los mismos. Y, haciendo comparaciones, pude notar que una gran ventaja que da prestigio en la industria alimentaria, es contar con la certificación ISO 9001/22000.
En un principio, las empresas que se desenvuelven en este sector, valoraban las normas ISO 9001/22000 porque son las que por excelencia nos guían para cumplir con los estándares de calidad necesarios para poder operar.
Pero en la actualidad, ya no se trata de un tema tan impositivo; así como la publicidad, el hecho de disponer de la certificación ISO 9001/22000 automáticamente llama la atención de los usuarios, quienes cada día conocen más sobre la excelencia del producto, así como de temas relacionados con los métodos de empaquetado, normas para el transporte y procesos aplicados en la agricultura.
Pero no solo nos ayuda a llamar la atención del público, también es un elemento determinante para hacer alianzas comerciales, porque en la cadena de producción de los alimentos, todos quieren mantener el prestigio y esto solo es posible trabajando con quienes observan tales criterios de calidad.
Una necesidad en toda la industria
Estas pautas, son aplicables a todas las clases de empresas que participan en la industria alimentaria, la cual como sabemos, es amplísima y abarca desde el agricultor, ganadero o pescador, hasta quienes se encargan de vender el producto final.
Ahora bien, esta certificación no se obtiene únicamente recaudando documentos. Para obtenerla, debemos seleccionar alguna empresa certificadora que se encargará de verificar que nuestra compañía efectivamente cumple con las normas ISO 9001/22000, es decir, realizará una auditoría, de la cual deberá emitir un informe en el que expresará las conformidades e inconformidades (si las hubiere) con relación a la normativa y su respectiva decisión.
No obstante, el hecho de haberla obtenido no significa que hemos puesto punto final al tema, porque dicha entidad eventualmente realizará auditorías de seguimiento para asegurarse de que seguimos cumpliendo con la mencionada normativa.
Para que esto no se convierta en un quebradero de cabeza, lo mejor que podemos hacer, es contratar una empresa que nos ofrezca asesoramiento permanente al respecto y además facilite al recurso humano la formación necesaria para que puedan cumplirlas a cabalidad. Así estaremos preparados para cada auditoría.