Aunque muchos lo desconozcan, el color del mobiliario que se instale en la oficina, (así como en otros espacios o lugares como la vivienda, hospitales, comercios, y demás) tiene una influencia directa con el comportamiento de las personas, así como con el estado de ánimo de las mismas. En el caso de los despachos u oficinas, el color tiene gran influencia sobre la productividad de los trabajadores.
Es precisamente por este motivo que el color se convierte en un punto clave a cuidar para garantizar el máximo rendimiento de los empleados de cualquier empresa. De modo que es importante saber que cada color se encarga de potenciar unos aspectos distintos en la persona. Uno de los mejores colores para las sillas y mesas de oficina es el blanco, ya que ofrece múltiples ventajas a la hora de trabajar satisfactoriamente.
- Limpieza: El color blanco es un color que consigue transmitir a las personas sensación de limpieza, es precisamente por este motivo que es tan empleado en el sector sanitario. Además, resultan mucho más sencillos de limpiar y no precisan un gran mantenimiento.
- Luminosidad: El color blanco es un color luminoso, ideal en las oficinas, especialmente en los meses de invierno cuando la luz es más escasa o en espacios en los que la luz natural lamentablemente brille por su ausencia. Disponer de paredes blancas y muebles blancos garantizará contar con unos espacios mucho más luminosos, y ayudará a que las facturas de luz se van ligeramente reducidas.
- Ayuda a la fatiga visual: Uno de los problemas más comunes de las personas que trabajan en oficinas es la gran fatiga visual que sufren con motivo de las muchas horas delante de un ordenador, pero el color blanco ayuda a conseguir una mayor sensación de confort y ligereza, ideal para quienes pasan infinidad de horas dentro de la oficina.
- Perfecta combinación: Una de las principales ventajas es que los muebles de oficina blancos combinan perfectamente con cualquier color, de modo que puede conseguirse un toque diferente en la oficina.